Duplicidad

Dos grandes corporaciones se pelean (literalmente) por la supremacía en el mercado, para ello contratarán a espías que les aseguren mantener en secreto la fórmula del próximo y exitoso producto a lanzar a la venta. Sucede que estos espías, aparte de ser inteligentes, estrategas y mercenarios, son hombre y mujer y mantendrán una relación en secreto.Lo interesante de Duplicidad es que, distinto a los filmes de espionaje de la Guerra Fría, aquí no son grandes potencias mundiales las que se enfrentan entre sí (¿o si?); son dos corporaciones que tienen el poder económico y están dispuestas a todo por eliminar a la competencia. Las leyes del mercado vienen a reemplazar a la guerra fría. O mejor dicho, a revivirla nuevamente.El romance que viven los personajes Claire (Julia Roberts) y Ray (Clive Owen) queda un tanto desdibujado, la trama es demasiado compleja con saltos temporales y cambios de espacio constante (mas acorde a los relatos de espionaje) que rompen la causalidad de una historia romántica, perdiendo fuerza en el relato.Tony Gilroy utiliza el tono de comedia para dar su mirada sarcástica acerca del asunto y, mediante ella, realizar una crítica sutil a este mundo corporativo y sus representantes. Los representantes de cada corporación están a cargo de Paul Giamatti y Tom Wilkinson -de enormes actuaciones que se roban la película- interpretando a personajes tan sagaces como patéticos en su intención de dominar al mundo. Perdón, el mercado.