Rumba

Un trágico y ridículo accidente cambia el rumbo de sus vidas: él padecerá de amnesia y a ella se le amputará una pierna.  Lejos de atenuar la carga humorística, Rumba la duplica.  Los gags se suceden uno tras otro, con una elaborada composición dramática que en la mayor parte de los casos les otorga cierta autonomía dentro de la totalidad del relato.  Las intervenciones de personajes secundarios siempre sirven para potenciar la comicidad.  Sobre todo cuando son los niños quienes contemplan –impávidos- el devenir de esta pareja se produce algo muy interesante: son ellos quienes se preguntan –como adultos- cómo puede ser que eso que ven esté aconteciendo.La película puede ser desoladora, pero tiene en su elaborada tragicidad un espacio para la esperanza.  Los personajes caen, pierden sus pertenencias, son robados, pero pese a ello mantienen la ilusión por progresar.  Es en esa actitud en la que adquieren universalidad, la capacidad de dialogar con todo tipo de público, dado que más allá de sus singularidades están encarnando ideales.  La escenografía privilegia los colores primarios, promoviendo una mirada lúdica, casi infantil, para que tal universalidad sea asimilada por el espectador.Dominique Abel y Fiona Gordon son junto a Bruno Remy también guionistas y productores.  Con este film se han dado a conocer masivamente.  Esperamos nuevas propuestas como ésta: riesgosa y ciertamente divertida.